Los cerros orientales son uno de los ecosistemas más importantes que posee el Distrito Capital. Con más de 350 hectáreas es fuente importante de oxígeno y agua para algunas personas que habitan estos lugares y que ayudan a proteger estas reservas de la ciudad.

Dentro de sus inmediaciones se encuentran los santuarios religiosos más importantes de la capital; el cerro de Monsarrate, donde miles de peregrinos van a rezar al señor caído y el cerro de Guadalupe donde tres capillas pequeñas rinden culto a la virgen mexicana nuestra señora de Guadalupe. Los cerros que se extienden desde el barrio Germania y continúan hasta Chapinero son propicios para la práctica de deportes, caminatas y excursiones a lugares que son fuente de recursos hídricos.
Las familias bogotanas suelen
visitar uno de los parques más emblemáticos de la ciudad; el parque Nacional, ubicado en la carrera
7 entre calles 35 y 42. Este bello lugar además de ser propicio para el descanso sirve para la práctica de diversos deportes, la contemplación de aves
migratorias, la recreación pasiva y la oportunidad para presencias funciones callejeras de teatro,
cuentearía y poesía.
Cualquier visitante que ingrese a la
capital por primera vez no puede
dejar de visitar estos lugares emblemáticos que son de gran importancia para el
turismo y son visitados anualmente
por miles de personas provenientes de otras ciudades del país y por muchos extranjeros
provenientes de Sur América, Centro América, los Estados Unidos y algunos
países del continente Europeo.
Los problemas que posee este
ecosistema son muchos; los principales están relacionados con la tala de los
bosques, la invasión para construir viviendas dentro de sus inmediaciones y el
robo de sus territorios para edificar grandes conjuntos habitacionales.


